Título: El niño con el pijama de rayas
Autor: John Boyne
Editorial: Salamandra
Año de publicación: 2007
Sinopsis
Aunque el uso habitual de un texto como éste es describir las características de la obra, por una vez nos tomaremos la libertad de hacer una excepción a la norma establecida. No sólo porque el libro que tienes en tus manos es muy difícil de definir, sino porque estamos convencidos de que explicar su contenido estropearía la experiencia de la lectura. Creemos que es importante empezar esta novela sin saber de qué trata. No obstante, si decides embarcarte en la aventura, debes saber que acompañarás a Bruno, un niño de nueve años, cuando se muda con su familia a una casa junto a una cerca. Cercas como ésa existen en muchos sitios del mundo, sólo deseamos que no te encuentres nunca con una. Por último, cabe aclarar que este libro no es sólo para adultos; también lo pueden leer, y sería recomendable que lo hicieran, niños a partir de los trece años de edad.
Éste es mi segundo libro favorito sobre el Holocausto (porque indudablemente, el primero es "El diario de Anna Frank", lo amo, es increíble), claro que yo no lo sabía hasta avanzado el libro, en la reseña no te dicen de qué va (lo cual me pareció muy interesante, hizo que empezara el libro con cierta intriga...) y bueno, la historia está escrita en tercera persona, narrada perfectamente con la inocencia e indiferencia de un niño de 9 años, es rápida y sin preámbulos, apenas te das cuenta de qué está pasando, cuando ¡PUM! ya lo acabaste y te quedas en silencio 5 minutos digiriendo el inesperado final.
"Sólo digo lo que siento. Eso no está prohibido, ¿no?" -Bruno.
El libro está cargado de inocencia, realismo terminando con un final cruel y como está narrado desde la perspectiva de un niño, hace todo eso más chocante y conmovedor. Y aunque hay muchos que se quejan de que el Holocausto es un tema muy trillado, éste libro muestra una diferente perspectiva, además es cortito, no es una enciclopedia, ni está lleno de hechos históricos, desde mi punto de vista, vale la pena darle una oportunidad.
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